El 97% de la población es gilipollas

¿Se han encontrado alguna vez en un botellon? Seguramente. Y yo también, a pesar de que odio a ese tipo de gente. Pero como la mayoría de mis amigos querían ir, y como da la casualidad de que en esta ciudad, por estas fechas hay lo que la gente llama "peñas" y "fiestas" (excusas para emborracharse en realidad), pues me tocó acompañarles, mientras en el fondo de mi corazón albergaba el más profundo y noble deseo de asesinar de la manera más cruel posible a todas las personas que se encontraban en el parque donde me arrastraron los anormales de mis amigos.

Y el problema es que al parecer todo el mundo, excepto yo, y otro colega que es más cuerdo, parecía disfrutar. ¿En que cabeza cabe que se pueda disfrutar metiendose dosis incontroladas de un depresivo? Su excusa es que se lo pasan muy bien borrachos y que así tienen valor para liarse con algunas tías (las cuales supongo que si no es porque suelen estar aún más borrachas que mis amigos, ni se acercarían a ellos vamos).

Ahora yo me pregunto: ¿De que les sirve pasarselo bien borrachos y liarse con tías si al día siguiente NO SE ACUERDAN DE NADA??????????!!!!!!!???????????
¿Como es posible que tampoco se den cuenta de que alcohol mata las neuronas, de que hay vida más allá de lo mundano?
Pero jamás se darán cuenta. No se pueden dar cuenta porque no lo ven desde mis ojos. No ven lo pateticos que son intentando sostenerse de pie. No ven lo ridículos que son todos ellos gritando, ensuciando, rompiendo, destruyendo sin sentido. No ven que me estaba cabreando. No ven que de haber tenido yo un cuchillo, habría empezado ha limpiar el mundo.
Y lo peor de todo es que el 97% de la población joven española hace esto. Y me baso en estadísticas recogidas por mi persona.
Si pudiera despedazarlos a todos sería más feliz que nunca. O al menos ahorraría a las personas que han tenido un accidente de verdad, o que ha sufrido un ataque al corazón, esperar en urgencias porque está todo lleno de esta puta mierda de gente con comas etílicos.
Y luego me llaman a mí loco